Si bien el abogado es conocido por desempeñarse en una gran variedad de rubros muy distintos que van desde trabajos de oficina hasta los abogados defensores (o fiscales) tan popularizados por series y televisión, existen algunas habilidades comunes para todos. En esta oportunidad revisaremos algunas de las principales destrezas que utilizan los abogados en su trabajo de todos los días.
Al ser una profesión que requiere tanto contacto humano, muchas de estas habilidades también son trasladables a otros rubros o a la vida en general. Además, también incluiremos una forma muy conveniente de pulirlas.
En esta oportunidad, nos vamos a centrar en dos habilidades específicas: la persuasión y la escucha activa. Si bien estas le son útiles tanto a los abogados de oficina como a los flamantes abogados defensores, quizá los lectores puedan hacerse una idea más clara de ellas imaginando a los segundos.
Los cursos digitales
Cada vez son más las personas que ven en los cursos online una forma de perfeccionar sus habilidades o aprender algunas nuevas. Si bien antes muchos los miraban con malos ojos, la virtualidad forzada por la que pasamos durante la cuarentena nos pudo mostrar lo conveniente y efectiva que puede ser la educación a distancia.
Los cursos digitales pueden llegar a ofrecer una experiencia educativa mucho más amigable que la formación tradicional. Esta en muchos casos puede ser de difícil acceso para los ingresantes, tener horarios limitados o estar muy alejado.
En base a esto, pasaremos a mencionarles algunos cursos online en comunicación que se asocian con algunas de las habilidades que revisamos previamente: la persuasión y la escucha activa.
Por ejemplo, una la primera habilidad podría ser pulida con el curso de lenguaje persuasivo y argumentación. Este se centra en estructurar los mensajes de una forma efectiva y aprender técnicas verbales para formar una imagen creíble ante el otro.
La Persuasión
Empezaremos por la que quizá sea la habilidad más comúnmente asociada a los abogados. Si bien solo algunos pocos trabajos de abogados entre los muchos que hay efectivamente utilizan estas habilidades, en los que lo hacen estas se vuelven el centro absoluto del trabajo.
Cuando nos imaginamos a un abogado difícilmente pensamos en una persona escribiendo en un escritorio. Si bien en general, tenemos la versión idealizada de grandes discursos en juicios o agudas discusiones con fiscales, los abogados de tribunales son solo una fracción de las mil formas que este trabajo puede tomar.
A pesar de esto, esta imagen verdaderamente existe, y puede verse en miles y miles de profesionales que todos los días usan la palabra y la discusión como su herramienta de trabajo. Para estos abogados y abogadas, la persuasión es tan indispensable como puede ser un martillo para un carpintero.
Pero la persuasión no solo es importante en el caso de los juicios. De hecho, aunque para quienes desconozcan los específicos del rubro pueda sonar raro, una parte fundamental del trabajo de muchos abogados es evitar estos juicios en primer lugar. Esto se hace por medio de las mediaciones, que son una instancia previa a los juicios en los cuales ambas partes intentan ver si el problema requiere o no la intervención de un juez.
Generalmente, es una buena idea evitar los juicios. Quienes ya hayan tenido la mala suerte de pasar por alguno ya saben que estos consumen tiempo, energía y en general son muy costosos para todas las partes. Pero el poder evitar esta instancia no es siempre fácil. Para hacerlo la mediación es una parte fundamental en donde los abogados de las partes buscan encontrar un acuerdo que evite llegar a juicio.
Esto requiere usar habilidades de diálogo y persuasión, junto con voluntad de ambos lados de conceder y conciliar sus intereses hasta cierto punto. Una sola palabra dicha en un momento equivocado, o un argumento que falle en convencer pueden ser errores laborales catastróficos para los abogados (y sobre todo, para sus clientes).
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La Escucha Activa
La escucha activa es mucho más que solo captar pasivamente lo que dice el otro. Esta gira en torno a no solo prestar atención al mensaje, sino en hacerle saber al interlocutor que está siendo escuchado y que lo que dice es tomado en cuenta. Esta forma de escuchar pone un énfasis no tanto en el mensaje en sí (aunque también es fundamental) sino más bien en la conversación, en crear un ambiente en el cual la otra persona se sienta cómoda y reaccione bien a nuestro mensaje.
Un lector atento se dará cuenta que la escucha activa se relaciona mucho con la habilidad anterior, siendo una parte esencial para lograrla. Pero además de esto, por sí misma tiene mucho valor, no solo en lo laboral sino también en lo personal: discusiones, disculpas, pedidos y muchos otras situaciones pueden resolverse (o arruinarse) por una falta en la escucha.
Pero en respecto a la utilidad específica de la escucha activa para un abogado, esta es útil para entender la problemática real del cliente y poder actuar en consecuencia. Comprender las necesidades y sentimientos es importante para poder conocer a la persona real detrás de cada caso, esto no solo sirve para dar un trato más humano, sino que es también útil para poder evaluar el mejor curso de acción a tomar en un juicio.
Más allá del cliente, la escucha activa aparece como un recurso importante para entablar una mediación del tipo que mencionamos anteriormente. En algunos casos, estas pueden ser tensas y tratar de asuntos sensibles, por lo que mantener el canal de diálogo lo más limpio posible es importante para lograr que avance la discusión. En el mejor de los casos, hacia el lado que queremos llevarla. Aunque para esto, claro, habría que usar la habilidad anterior.
Pasando a la siguiente, el curso de escucha activa y empatía aparece como una opción para quienes deseen refinar esta habilidad. Este curso se centra en ofrecer herramientas que permitan utilizar la escucha activa en situaciones reales, estas toman la forma de varias técnicas diseñadas para ponerte en el lugar del otro y poder ser un interlocutor válido y accesible
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