Hasta 50 hojas redactó el protagonista de esta historia, Chris Sevier , para justificar su demanda. El hombre de 36 años pidió en 2013 una compensación a Apple por haber permitido que se convirtiera en un adicto al porno. Meses antes se había comprado un Macbook Pro para trabajar en la edición de música. Fue entonces cuando vio las posibilidades que le podía ofrecer internet y lo fácil que es acceder a la pornografía, por lo que no dejó de visitar páginas de alto contenido sexual dejando de lado su trabajo. Según el mismo protagonista, el porno arruinó su vida ya que perdió su empleo y su mujer lo abandonó.
Al parecer, los problemas de Sevier comenzaron cuando intentó entrar un día a su Facebook pero con tan mala suerte que su navegador le llevó a ‘Fuckbook’, un site perverso que no pudo dejar de visitar. En la demanda, alega que por culpa de Apple consumía compulsivamente tantos videos para adultos que perdió todo contacto con la realidad. Su obsesión llegó hasta tal extremo que no diferenciaba entre la pornografía en Internet y una relación de verdad. “Empecé a desear a las chicas jóvenes y hermosas de los videos, en lugar de a mi mujer”.