El Tribunal Constitucional español prohibió a los Partidos Políticos recurrir a la IA para rastrear las opiniones políticas de los ciudadanos en Internet y redes sociales.
No es posible utilizar el uso de algoritmos y Big Data para manipular el voto del ciudadano sin que éste se dé cuenta, mediante el envío de propaganda a la carta, elaborada automáticamente en función de sus debilidades y fortalezas.
El Tribunal decidió bloquear directamente el acceso a esa información, a esos datos, publicados en Internet y redes sociales de forma libre por los ciudadanos.
Un algoritmo bien diseñado y nutrido con datos de una persona extraídos de Google o de redes sociales permite saber con una probabilidad de acierto muy alta sus afinidades políticas, intereses, fobias y antipatías. Estos sistemas de IA también permitirían conocer el nivel de influencia y las tendencias políticas de sus seguidores en Facebook, Twitter o Instagram, por citar algunas redes sociales. En resumen, facilitan la creación de un perfil con su ideología política muy ajustado a la realidad.
Les dejo la sentencia en este enlace.