Ser abogado/a de mi familia. ¿Problema o solución?

En este último tiempo, varios/as colegas, en especial quienes que están empezando la carrera -o próximos a recibirse-, me preguntaron qué onda con esto ser el abogado o abogada de tu propia familia.

¿Está bien o mal? ¿Es mejor o peor? ¿Conviene?

Antes que nada, les digo que la decisión es muy personal. Yo les puedo contar mi experiencia, que no significa que sea “la verdad revelada”.

Yo, repito, YO, no intervengo en casos donde estén involucrados familiares. Una cosa es una consulta para orientar pero otra distinta asumir judicialmente la representación. No lo hago. Es una decisión muy personal.

Y mucho menos donde intervienen varias personas de la familia. Así sea una sucesión, un tema de medianería, un daños, etc. Siempre recomiendo algún colega de confianza. Prefiero que lo maneje él.

Primero, no quiero pelearme con ningún familiar. Por cercanía y con toda lógica, a veces los familiares te plantean cuestiones jurídicas desde el vínculo y no desde la posición de cliente. Es lógico, son familia. Y no es culpa de nadie. Pero con un cliente con el que te sentís incómodo, tenés la opción de apartarte de la causa. Ahora, la familia siempre va a ser familia. Ese vínculo no se puede romper.

Segundo, es muy difícil para la familia, cuando uno es abogado de ellos, separar los tiempos y la vida. Quiero decir, estás en una comida familiar y te consultan sobre determinado trámite, sobre qué papeles hay que presentar mañana, etc. No es lo que yo quiero y prefiero liberarme de esa situación que de verdad, me es incómoda.

Mi vieja es médica, y siempre me dijo que si yo entrara a un quirófano y ella es la cirujana, no podría operarme. Y tiene razón.

Tema honorarios: ¿cuánto vas a cobrar y a quien le vas a cobrar? No me vas a decir que plantear el valor de tu laburo a tus hermanos, tías, abuelos, es cómodo. Para mí no lo es, por el sencillo motivo que no podría cobrarles. Y es un trabajo que te lleva la misma dedicación y el mismo esfuerzo que otros.

Y nunca está de más, aquel tío segundo que piensa que porque sos el sobrino y te fue a visitar para tu comunión en el 87, piensa que no le podés cobrar un peso.

Por último, la cuestión sentimental de la profesional, a veces es difícil de separar. Si estas representando un daños por un accidente de un familiar -pongamos un caso extremo, un fallecimiento- podés tener la templanza de interrogar a la otra parte sin que se “te salga la chaveta”?. Cuando se rompe ese delicado equilibrio entre lo profesional y lo emocional, se cometen errores. Siempre. No estás viendo al demandado, estas viendo al responsable de la muerte de un familiar. Y muchas veces no buscás justicia, sino venganza.

Seguramente hay cien cuestiones más para discutir, pero estas son sólo algunas de las que se me ocurrieron a “vuelo de pájaro”.

Como dije, no es la verdad absoluta. Es mi forma de pensar y ver las cosas. Cada uno/a tendrá la suya, y todas son súper respetables.

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5 comentarios en "Ser abogado/a de mi familia. ¿Problema o solución?"

  1. Hay familia y familia. Nunca falta el pariente que “sabe” más de derecho que vos. Allí mi respuesta fue : “Tía, sabés tanto que no necesitás mis servicios”. Allí ni siquiera recomiendo un colega. Por otro lado, en mi caso empecé el ejercicio profesional con gente conocida, familia o no. Creo que lo importante es percibir que la persona valore tu trabajo profesional, sea pariente o no. Esa es mi humilde experiencia. Muy bueno el articulo y PROSPERO 2023, colegas

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