Salió hace muy poquito un fallo sobre ese tema de la Cámara Civil y Comercial (Sala II) de Azul.
Se hizo lugar al daño psíquico (como daño patrimonial), y se elevó el monto indemnizatorio por daño moral.
Los hechos, breves: se reclamó contra el padre biológico de la menor, los daños ocasionados por la falta de reconocimiento de la filiación.
Un muy buen análisis, a mi criterio, de la cuestión relativa a la perspectiva de género aplicado al caso concreto (originada en la violencia económica ejercida toda la vida por el padre ausente, en perjuicio de la hija no reconocida).
Sobre el tema, acordate el post que hicimos por un accidente de tránsito.
Completo, en este enlace.
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