A veces la ficción camina a la par que la realidad.
En este caso, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, justifico el despido de un encargado, que espiaba a los propietarios del edificio.
Se argumentó que dicha actitud configuraba una pérdida de confianza.
Las conductas del actor violan claramente la confianza que se tuvo en miras al contratarlo, si se tiene en cuenta que presta servicios en un ámbito de alta privacidad y reserva y sus funciones -como encargado del edificio- requieren de un comportamiento íntegro y confiable, que no dé lugar a hechos como los que advirtieron en el caso los habitantes del edificio, quienes coincidieron haberlo visto espiar por la cerradura de diversos departamentos del edificio; lo que obviamente generó un grado de alta inseguridad y pérdida de confianza; lo que finalmente derivó en una reunión de propietarios que decidió disponer la extinción de la relación laboral.
Les dejo la sentencia en este enlace.