Howard Engle promovió una demanda millonaria contra las tabacaleras, argumentando que las empresas fabricantes fomentaban la adicción; que era responsabilidad suya el haber comercializado una sustancia adictiva y cancerígena, y que debían pagar por ello.
El juicio fue dramático, y el resultado, favorable a los demandantes. El jurado popular, compuesto por seis personas, declaró a las cinco grandes tabacaleras culpables.
Y en el año 2000, los condenó a pagar una multa de 145.000 MILLONES DE DÓLARES.
En su momento fue la mayor multa de este tipo en la historia de EE UU.
Si bien la Corte de Florida revocó la sentencia -negando una acción colectiva- permitió a “los demandantes individuales proceder de forma voluntaria” a presentar sus propias denuncias, aisladas. Miles de personas siguieron este consejo y la mayoría de casos están aún en los juzgados (vulgarmente conocidos como la descendencia Engle).
El actor solo recibió una parte discreta de la indemnización colectiva ofrecida por las tabacaleras durante el largo proceso de apelación.
La sentencia de la Corte de Florida, en inglés. Pero íntegra. Un documento de antología.